miércoles, 8 de diciembre de 2010

HIPOTÉTICO BLOG

Se denomina blog, a una página virtual, esto es, no de papel, sino que aparece en la pantalla de una computadora, en la que uno pone diversas cuestiones. Algunas, muchas, sirven para declaraciones de orden estrictamente personal. El contenido, claro está, no es culpa de las redes que comunican el espacio virtual, como comúnmente se cree, sino de las capacidades personales, que por lo general, y tal como demuestra el funcionamiento del mundo, son escasas.
Imagino a don Ernesto Sábato haciendo un blog personal, pero utilizando el estándar de calidad mental.
Holis, me llamo Ernesto, nací en Rojas, y nada, hablando con mis amigos Nico, Sebas y Facu, a quien conocí en la Facu justamente (ja ja) en La Plata, pintó la onda de hacer un blog donde contemos algo de nosotros,, sin agravios, nada, porque yo no tengo problemas con nadie.
Bueno, eso no es verdad, porque me he enojado con mucha gente. Y otra la he querido mucho, pero algunos se han suicidado. Qué mala onda, nada, todo bien, pero un poco como que, doloroso. La cosa es que estaba en el Labo (las cosas se llaman a medias, me refiero al Laboratorio Madame Curie, en Francia), donde tenía el laburo, mientras iba de copas con algunos amigos del naciente surrealismo, como Bretón, que era un tipo copado. Una época, ufff, si contara…bueno, eso hago.
Luego, me dio por escribir unos libros. Algunos de reflexiones y otros de ficción, pero eso ya no se usa tanto. Son un poco como… no sé, tal vez deberían ir y comprarlos y ven qué les pasa con leerlos, si les sobra tiempo para leer con todo lo que hay que hacer, con el laburo, las novias, la TV, uffff, la gente está a full, a mil, y como que no les cabió mucho leer últimamente.
Saludos, Er

REFLEJO

Tengo la sensación de que la gente cuenta las anécdotas que suele contar más porque les gusta mantenerlas frescas que para interesar al oyente. Por eso cuenta las mismas, y no otras que hasta pueden ser más jugosas.
Conocer a alguien por su anecdotario es difícil. Lo mismo que conocerlo por sus reflexiones, o sus ficciones, sus cuentos o sus dichos en general. El alma está presente, pero hay que ser mesurado en las conjeturas.
Es posible saber algo de la persona a través de sus declaraciones, incluyendo estas de aquí. Pero me parece que en ese caso, lo que se ve de una persona es su reflejo, un indefinido reflejo, como ver la luz de la luna pero reflejada en el mar que a la vez se refleja en un espejo que da en un objeto de metal al que uno mira fijamente.

GENTE QUERIDA

Da la impresión que es imposible hacer un blog, o cualquier trabajo público firmado, sin hacer referencia a la gente que uno quiere, agradece, estima o conoce de lejos. Dicho esto, habiendo hecho referencia a la gente que quiero, pasaremos a otro tema, que puede tener importancia para alguien más que para mí.

ORDALÍAS DE ERICA

A la bella hija de polacos que protagoniza una de mis novelas, me he pasado muchas horas de mi vida, y durante años, imaginándole todo tipo de calamidades, tropiezos e inconvenientes varios. Como es sabido que los personajes una vez echados a andar tienen vida propia, la chica se fue reponiendo pacientemente de cada una de las ordalías por las cuales, de manera manifiesta, la hacía pasar, y como si esto fuera poco, ella imaginaba las suyas para lograr sus misteriosos designios.
A veces uno no sabe por qué razones a las personas que más quiere les hace pasar pruebas y sacrificios tan grandes. Tal vez sea porque la exigencia hacia el otro sea la exigencia mayor que el amor le da a cada persona, quién sabe.
Una señora italiana, de Údine, habrá sabido de esto. Ella me crió y me enseñó un determinado camino, y habrá soportado con más satisfacciones que angustias los sacrificios que le deporté. Y andando por esos caminos, habré provocado mayores inconvenientes a otros, acaso siga dedicando muchas de mis horas a la construcción de los caminos de Érica, pero para gente no creada por mí, pero sí querida. En todo caso, los reclamos que vayan a la señora de Údine. O a Dios. Para lo que conviene, uno niega el libre albedrío y se siente la pura creación de otros. Pero al contrario de Érica, sí se queja.

TESTAMENTO

Esta posibilidad legal de dejar determinaciones para ser cumplidas luego de la muerte nunca fue una institución que he podido comprender. No estoy de acuerdo. Menos aún cuando conllevan algún tipo de explicación, del estilo dejo a X tal suma por cuestiones de afecto. Me parece que tiene el efecto del tiempo de descuento cuando concluye un encuentro deportivo. Es querer postergar los tiempos de la vida cuando los de la muerte son indefectibles.
Más me convence poner cláusulas sin explicación, del estilo dejo a X tal suma, y no agregar nada más. Los motivos, se debieron aclarar en su debido momento.
Mucho menos que esto, me gustan las cartas explicativas, o confesiones para ser leídas luego del fallecimiento, salvo que sean para personas que uno no llegó a conocer de adultas. Pero tampoco sé si en ese caso son válidas. Las condiciones cambian con el tiempo, y el causante no está allí para intentar remediarlas.
No hay otro testamente que la propia vida y la propia obra. Y la obra no mejora con la muerte, sino que se le puede dar otra dimensión. No hay otro testamento; no hay forma de testar que con los hechos y las conductas. en vida.
Se sobreentiende la paradoja. Si la muerte pisa mi huerto, este pensamiento escrito quedará como obra y como testamento que niega los testamentos. Nada hay más contradictorio que un hombre que se cree un preclaro pensador.

COMPROMISO

Todo artista debe estar comprometido con su tiempo. Y si uno se siente artista, o pretende serlo, debe cumplir esta premisa.
Además, la política es un arte. Sin ir más lejos, es el arte de gobernar.
Lo curioso de esta disciplina, es que, al contrario de cualquier otra, su ejercicio mengua la vocación en vez de acrecentarla.
Un escritor ama leer y escribir, y ese placer crece, salvo que se acabe, y ya no vuelva a escribir. Lo mismo cabe de un músico o un bailarín. Pero el político entra a las arduas arenas del bien común por una idea previa que lo cautivó, como el escritor primero leyó y el músico primero escuchó melodías, y a medida que el ejercicio de su arte lo hace más apto, más se aleja de las ideas que lo llevaron a esa disciplina.
Hacer política, y hacerla bien, mientras menguan los ideales, son como jugar al solitario o, acaso, una simple y llana traición.
La política es una tarea encantadora. Eso me parece. Pero sin ideales, es una tremenda masturbación, como si alguien se tocara mirando la foto de una dama mientras el edificio donde esto ocurre ardiera en llamas.

MEMORIAS

Adhiero a lo que dice Alejandro Dolina en cuanto a las Memorias. Si las empezara a escribir, a las tres páginas ya hubiera llegado a anteayer. Y también adhiero a la idea de que si escribiera mis Memorias, y ese libro fuera un éxito, querría suspender la presentación del libro para incluir en mis Memorias ese éxito.
Hay vidas interesantes que merecerían más un libro de Memorias que las de un escritor, quienquiera fuera éste, que se ha pasado la vida observando, y de vez en cuando, viviendo alguna aventura interesante para incluir en posibles futuras Memorias.
Cambio de criterio. No sé si hay vidas tan interesantes para merecer escribirse sus Memorias. Ni sé si hay alguien dispuesto a interesarse en leerlas. Lo que sí sé, es que un libro autobiográfico que cuente las Memorias del autor, sería parcial. Y oficialista, con respecto a quien escribe.
Y un escritor, debe ser crítico, no le cabe bien ser oficialista.
Ya sé que algunos de mis preferidos, empezando por Virgilio, fueron oficialistas. Y otros, como Salustio, además fueron hipócritas. Decían cosas bellas de lo que debiera ser la vida y practicaban las costumbres contrarias.
Pero, eso sí, no fue su oficialismo los que los hizo perdurar, sino su talento literario. Y otra que Memorias, Virgilio ni tuvo oportunidad de ver la Eneida impresa ni en una tienda de ofertas donde vale 10 pesos y un libro de cocina 72.